CRISTIAN BENAVIDES A LAS PUERTAS DE LA INMORTALIDAD
Con enorme satisfacción y hasta con un sentimiento de viva emoción he conocido del inicio de la construcción del Centro Cultural y Tecnológico de la ciudad de Tulcán.
Porque un dolor profundo me acompaña desde mi niñez, cuando fui testigo de como se destruía y se desfiguraba el rostro de mi pueblo y se dejó vacío el espacio que le pertenecía a la educación y la cultura.
Que grato conocer de este proyecto pensado y propuesto por el Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Tulcán, recoge la demanda latente, postergada por más de medio siglo, crear un espacio con el rostro de la ciudad, la fachada del Colegio Bolívar, su biblioteca, con espacios para la investigación, para la memoria y para el arte.
Muy bien señor alcalde.
Nosotros, desde hace tiempo, desde el portal www.TulcanOnline.com, de forma recurrente hemos venido exhortando para que se le devuelva y se le incremente la belleza a nuestra ciudad, capital de la provincia del Carchi, sobre todo como la puerta de entrada al país desde Colombia, con artículos como:
-
La cara de Tulcán exige un cambio extremo.
-
Humberto y la Biblioteca de Tulcán.
-
El parque principal es la carta de presentación de una ciudad.
-
¿Tulcán puede ser un pueblo mágico?.
Coincidimos con el burgomaestre de la ciudad, en el valor positivo y dinamizador de este proyecto, que permitirá cerrar el círculo virtuoso del hecho económico, del hecho político y del hecho turístico para Tulcán, porque tenemos la belleza paisajística como el marco que adorna el pueblo, calles estrechas, llenas de historia y hermosas, un par de lugares dónde asistir y el rostro deformado y esto no puede ser.
Por esta razón y desde esta tribuna aplaudimos la decisión y el inicio de ejecución del proyecto del Centro Cultural y Tecnológico de la ciudad de Tulcán de gobierno municipal en la persona de su principal Cristian Benavides.
Y hay que hacerlo bien, con pulcritud, sin sospechas de acomodos reñidos con la transparencia o con dejarla inconclusa como tantas obras de la década pasada y peor aún solo con la primera piedra, como nos recuerdan de cuando en cuando los capítulos vergonzantes de la historia de la Patria.
Me froto las manos de la emoción y espero que llegue el momento, para invitar a mis amigos e ir gustoso a mi pueblo, cuando tenga su rostro completo y restaurado y pueda admirarlo desde lejos y abrazarme a él cuando esté cerca.
Y cuando lo haga será porque su alcalde el señor Cristian Benavides habrá alcanzado la inmortalidad en mi memoria y en la memoria colectiva de mi pueblo y si fracasa caerá en la horrible celda, la más cruel y despiadada, la de la misma memoria, que condena, que señala y que NO olvida, de dónde jamás se puede escapar.
Jorge Mora Varela.
Imagen tomada del GADMT04
