DISPARARSE A LOS PIES
“Dispararse a los pies” expresa de forma metafórica el daño que las personas o los conglomerados se ocasionan, en apariencia sin motivo, como un acto de torpeza injustificada.
Veamos tres casos de “dispararse a los pies” en la geopolítica mundial: Perú, Reino Unidos y Ecuador.
En el Perú, desde el primer día, la gestión del presidente Pedro Castillo ha sido anecdótica-accidentada. Problemas provocados por él mismo, lo vuelve impopular, en medio del creciente descontento, por el maestro de escuela, que llegó a la presidencia de la república sin experiencia en cargos políticos, que les hablaba a los pobres con su sobrero y desde su mula.
Para Castillo, desde el inicio de su gestión, se preveía que el gobierno por su composición caótica, iba a entrar en problemas, no ha sido capaz de manejar las tareas gubernamentales más elementales, peor los procesos y las pretendidas reformas más complejas. Su gobierno, él y sus funcionarios han sido un canto a la incapacidad, por desconocimiento han sido proclives a la inoperancia y a la corrupción.
Un presidente que teme enfrentar a los medios, con demostraciones de ineptitud, sin iniciativa y sin capacidad para ser presidente, y sin la facultad para armar un equipo de gobierno sólido, al convocar a su gobierno a personajes de su círculo cercano y que llegan a la función pública sin la formación suficiente o ninguna capacidad o habilidad para gobernar.
Esto explica la altísima rotación de los cargos ministeriales y los permanentes conflictos con el congreso que se debate entre sostener o no al presidente en su cargo, con una población con un creciente descontento y rechazo al gobierno, que no ve mal que Castillo pierda la presidencia, más aún cuando pierde su piso político cuando él renunció a su partido “Perú Libre” que lo llevó al poder.
La situación de la estabilidad política en el Perú se complica cuando de por medio existe un congreso hostil y fragmentado, además de heterogéneo, con poderes omnímodos y tendencias al canibalismo político.
Un presidente que nació débil en medio de un mar de candidatos, ganador en primera vuelta con el 18% del electorado y que capitalizó el rechazo al candidato/a (Keiko Fujimori) con quien disputó la segunda vuelta para llegar a la presidencia del Perú.
El 70% de peruanos rechaza la gestión de su gobierno, con indicios de un proceso inflacionario, el más alto en más de treinta años y con tendencia a permanecer en el tiempo, con poco aprecio por la institucionalidad y si argumentos para proponer un modelo de gobierno estable y confiable, sin capacidad para responder a las necesidades básicas de sus ciudadanos.
Me temo que al Perú se avecinen tiempos matizados por una serie de estallidos sociales de grandes dimensiones.
En fin, el que maneja en el Perú la pistola con la cual se han disparado a los pies es el mismo pueblo y no sé si ellos sabrán las razones por las que optaron por tan desatinados disparos.
Un caso sui géneris también ha sido el Reino Unido de Boris Johnson quien dimitió como primer ministro, por la presión a causa de sus “escándalos” personales, de abuso de confianza y de poder y por el aislamiento por parte de su mismo equipo de gobierno, pero que esconden los reclamos de millones de ciudadanos, sobre todo de trabajadores por las consecuencias de su alejamiento de la Unión Europea (Brexit) y las amenazas latentes de la probable desintegración del Reino Unido.
Existe un segmento amplio de la población del Reino Unido que se siente engañada por el discurso que llevó Johnson para ser primer ministro, todo el miedo y la desinformación que se generó alrededor del Brexit y las supuestas desventajas que significaba la permanencia del Reino Unido junto a la Unión Europea.
Existe descontento por el aislamiento, el costo y la pérdida de beneficios al no estar vinculados a la UE y dónde la salida de Johnson solo es la punta del iceberg de un problema de integración o de desintegración que aqueja al antiguo Imperio Británico.
En fin, el que maneja en el Reino Unido la pistola con la cual se han disparado a los pies es el mismo pueblo con el poder de la mayoría y no sé si ellos podrán darse cuenta de las razones por las que optaron por esos disparos que tuvieron las consecuencias de las cuales parece no quieren darse cuenta.
El Ecuador también suele “dispararse a los pies”, cuando ha hecho lo necesario para hacerlo. Con personajes que buscan el poder ejecutivo sin medir sus capacidades como para conducir el país desde lo político, económico, financiero y la diversidad cultural.
El país construye gobiernos maniatados, sin capacidad de maniobra, con un poder legislativo hostil y fragmentado, además de heterogéneo con tendencias al mercenarismo y al canibalismo político.
Con trabas enclavadas en la misma constitución como el “derecho a la resistencia”, que les da poder y legitimidad a grupos fuera del gobierno, que pretender y de hecho así lo hacen: condicionar, manipular y gobernar a distancia, desde la fuerza de los paros, la violencia y la capacidad de inmovilización que tienen y la aprovechan ante la mirada complaciente de un segmento importante de la población que los aplaude y con ello los legitima.
En fin, quienes manejan el Ecuador la pistola con la cual se han disparado a los pies es el mismo pueblo con el poder que les da las mayorías que los eligen o respaldan sus movilizaciones de protesta y no sé si ellos quieren que los demás nos demos cuenta de las razones por las que optaron por esos disparos que tuvieron las consecuencias de las cuales parecen no quieren asumir las responsabilidades.
Jorge Mora Varela
Fuente fotos: Castillo, Johnson, Lasso