El día del Niño en el siglo XXI

PARECE UNA BROMA DE LA HISTORIA,  pero:

Tenemos niños nacidos en el siglo XXI, la mayoría con padres siglo XX, educados con ideas del siglo XIX y estamos atrapados por una PANDEMIA.

 

El día del Niño en el siglo XXI

 

No se si deba hablar en pasado, pero lo haré.

Como era habitual en este tipo de fechas, cada familia, institución educativa o país tenía formas particulares de celebrarlo, con manifestaciones diversas como:

El obsequio de regalos, con mensajes a los niños sobre sus derechos, los riesgos a los que se ven expuestos y como defenderse y lo hacen con música, juegos, presentaciones artísticas, culturales, compartes dulces, con fiestas, payasos, pasteles, piñatas y comida en el restaurante preferido por los chicos o con vacaciones.

Se divulgaban los derechos de los niños y de las niñas por medio de talleres de música y pintura, exposiciones, concursos, representaciones teatrales o danzas tradicionales y los niños la pasan bien.

Los adultos que los amamos de manera incondicional y por ello intentamos enseñarles sobre la vida, reconocemos en ellos el tesoro más valioso y la mayor esperanza para el futuro y por ello los celebrabamos de cualquier manera.

De forma habitual pensamos que el mejor legado que les podemos dejar a nuestros hijos es la educación, nos empeñamos en mostrarles nuestro marco de referencia, sin embargo perece que ellos nacieron en otra dimensión.

Llegaron en la época donde conocen y manejan mejor que nosotros la tecnología, crecen rodeados de medios digitales (computadores, smarthphone, tablets, etc.), los manejan con naturalidad, en “la red” que se extiende y velocidades cada vez más altas. Son parte de una cultura que cambia el mundo tal y como lo conocemos, modifica sus creencias, valores y paradigmas de quienes nacimos y crecimos en el siglo XX.

Los niños viven en un mundo donde crean, aprenden, producen y consumen de forma diferente, se aproximan a las nuevas tecnologías de forma natural, sin temor a que las cosas se dañen, tienen una visión diferente sobre la familia, el trabajo  y el orden social.

Por tanto sería ingenuo pensar que el "desembarco" de esta nueva generación en su mundo futuro será parecido al que nosotros hemos creado. Serán sus propios conceptos, los que se terminarán imponiendo.

El significado de palabras como “Libertad” cambió, pues la Web 2.0 les da la oportunidad de expresarse sin límites en blogs personales, en wikis, en foros y en las redes sociales. Además les proporciona la oportunidad de encontrar y acceder a información en cualquier parte del mundo.

La nueva generación es más rápida y abierta a la diversidad, son capaces de gestionar grandes cantidades de información. Transforma todas las instituciones de la vida moderna: el mercado, el trabajo, la familia, la política, la educación y la cultura. Capaces de aprender y desaprender el uso y producción de los medios y canales de información conectados y homogeneizados con otras nacionalidades y culturas,

Para nuestro gusto son impacientes, porque tienen resultados al instante, se integran a comunidades alternas, situadas en el ciberespacio, aceptan como un hecho natural el zapping, utilizan un lenguaje empobrecido, buscan ahorrar espacio y tiempo en sus formas de expresión, adaptan anglicismos y crean vocablos, valoran  las experiencias, viajes y aventuras.

Por eso resulta necesario conocerlos en profundidad, que mantengamos con ellos una relación diferente al tradicional esquema de valores. Debemos ser conscientes de que los niños se sienten más confortables y seguros ante la innovación tecnológica que los lleva hacia el mundo global en el que ellos son los nativos y nosotros los inmigrantes.

 Además la brecha entre los adultos y los niños se va a ser más grande porque los adultos en la pandemia intentamos evadir a la muerte, mientras los niños están en pleno aprendizaje para vivir con ella. 

 

Jorge Mora Varela