Luego de una jornada en el trabajo, media hora en el noticiero de la tv, una hora en el face y unos minutos con las personas del vecindario, estoy convencido que:
EL DIÁLOGO ENTRE ECUATORIANOS ES IMPOSIBLE
La palabra diálogo que proviene del griego diálogos (διάλογος), describe a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas de modo alternativo para intercambiar posturas, en él se pueden compartir experiencias, impresiones, opiniones, para conocerlas, contrastadas, rebatidas o compartirlas.
Esta práctica humana permite el intercambio de información a través del lenguaje verbal y del habla; es la base de la comunicación, esto permite la convivencia más o menos pacífica de las personas.
Mi escepticismo surge cuando reconozco que nuestra educación formal e informal desde la primera infancia se la construyó con dogmas en apariencia irrefutables y frente a los cuales no hay espacio para réplicas; este es el detonante del irrespeto y la intolerancia.
El dogma es una proposición que se asume como principio innegable y lógico de una ciencia o doctrina, que no están sujetos a discusión o cuestionamiento, su verdad resulta inobjetable y obligatoria.
En el campo de la religión, los dogmas constituyen la base de la fe y como tales se condiciona a las personas para que sean acatados, aceptados y practicados o correr el riesgo de caer en la herejía y en el pecado y ello los convierte en seres temerosos y sectarios.