EL VOTO DURO Y EL ADOCTRINAMIENTO IDEOLÓGICO LLEVADO AL NIVEL DE RELIGIÓN, SON CLAVES PARA GANAR LAS ELECCIONES Y MANTENERSE EN EL PODER
Esta manera de llegar al poder y mantenerse en él, nace del modelo de gobierno marxista comunista al estilo norcoreano, de la mano de Kim Il-sung, en lo que se conoce como el “Juche”
En pocas palabras, la idea Juche propuesta en la Corea del Norte por Kim Il-sung, significa que son un pequeñísimo grupo de personas los propietarios únicos de la revolución y la idea es adoctrinar a las masas con un conjunto de ideas, con tal intensidad como si fuese un dogma de fe de una creencia religiosa.
Por esta razón son frecuentes grupos de líderes políticos sobre en Hispanoamérica, que llegan al poder ejecutivo y al poder legislativo con un sentido de una infranqueable unicidad ideológica y de obediencia absoluta a la dirección del líder.
Eso se explica la política de los larguísimos y frecuentes conversatorios de este tipo de gobernantes que de hecho pasan horas y horas, entre informes, doctrina y buen humor, que los primeros mandatarios tienen con sus fieles seguidores, véase los casos emblemáticos como de Fidel Castro en su momento en Cuba, el resultado es que el castrismo sigue fiel a las ideas de Fidel con Díaz Canel y en medio una feroz persecución a los disidentes; los de en Venezuela y la en apariencia infranqueable presencia de Nicolás Maduro en el poder y la vergonzante migración de sus jóvenes para ponerlos en manos de los otros, mientras ellos se solazan en la miseria, pero a su manera; los de Andrés Manuel López Obrador y sus mensajes entre cansinos y cantinflescos en México o el mismo Rafael Correa en Ecuador con sus infaltables sabatinas para lograr el voto duro, amalgamado con el adoctrinamiento ideológico llevado a nivel de religión, fueron y son claves para ganar las elecciones y mantenerse en el poder.
VOTO DURO y ADOCTRINADO
Suele llamarse así, al voto emitido por quienes son militantes y simpatizantes permanentes de un partido político, y que lo apoyan en las urnas de forma independiente de los candidatos y de los programas que ofrezca al electorado, o de la situación por la que atraviese el país, porque sienten una gran identificación con él. Este tipo de voto es la base electoral, el apoyo más importante de los partidos y les proporciona estabilidad, al igual que al sistema político.
En el Ecuador, el voto duro y adoctrinado que le pertenece al correísmo es mayor al 30% y no alcanza el 40%, de manera que para llegar al poder necesitan de algún aliado que le aporte un 10 o un 15% de los votos. ¿Pero quién podría aliarse con un grupo que tiene una doctrina y los correspondientes planes de gobierno a su modo y manera y le es difícil compartir y adecuar planes con otros que también tienen su propia manera de entender y de aplicar el poder (La CONAIE por ejemplo)?
Me parece que en las elecciones anticipadas en el Ecuador en este 2023, el correísmo la tiene fácil, puede aliarse con cualquiera y luego desembarazarse de sus amigos coyunturales sin ningún tipo de problema.
La pregunta es ¿Quién podría ponérseles enfrente y disputarles la presidencia de la república y la mayoría parlamentaria?
Aquí no se necesitan planes y programas, ofertas elaboradas o populistas. Si alguien quiere disputarle la presidencia y el legislativo al correísmo es una figura que confronte a Correa, aunque este NO sea candidato, y esa sea su característica, que vaya de frente y con los pupos por delante.
Pero estamos en el Ecuador, una tierra en apariencia pródiga en la producción de candidatos, presidenciales o los que invierten para hacer en la Asamblea Nacional acuerdos coyunturales afines a sus intereses particulares.
Si las cosas suceden como es previsible el correísmo volverá al poder y los contrincantes no van a poder enfrentarlos, porque les falta la perspicacia, la suspicacia, la picardía y la inteligencia para proponer un candidato fuerte que los pueda derrotar.
Pero, ¿Cómo podrían los miopes y los egocentristas renunciar a postular su candidatura?, Estos pequeños personajes que no pueden mirar más allá de su propio ombligo?
Jorge Mora Varela
Imagen tomada de eldiario.ec