LOS ECUATORIANOS SOMOS PRISIONEROS DE LA MATRIX

Desde la ficción política presento:

LOS ECUATORIANOS SOMOS PRISIONEROS DE LA MATRIX

Los primeros días del mes de enero 2024 parecería que los ecuatorianos hemos sido capturados por la Matrix, dónde nada parece ser lo que parece, nada parece tener sentido y como si fuésemos prisioneros de un experimento perverso de manipulación que raya entre la paranoia y el deseo irracional de ser salvados y tener un salvador.

La clave del experimento parecería ser provocar y atrapar la atención del mayor número de personas y atarlas a las plataformas que se difunden por cada uno de los dispositivos móviles que cada ser humano lleva en la mano, para lograr que actúen en forma de manada, que solo reaccionen a lo emocional, que rechacen lo racional y a los que solo les baste lo que les gusta, disgusta o atemoriza.

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La Matrix sabría que es fundamental el déficit de conocimiento, que solo se atienda a los impulsos viscerales, emocionales individuales y sobre todo colectivos.

Por esta razón el experimento se inició con la previsible tensión social provocada por la cinematográfica y fantasmagórica fuga del líder de una de las organizaciones delincuenciales más emblemática y la subsiguiente reacción violenta de la población carcelaria en todo el Ecuador, sin que las autoridades tengan ninguna oportunidad de acción.

A renglón seguido, a la población fuese sujeta al experimento de ilusionismo social, se le mostró en vivo y en directo una simulación de toma de un medio de comunicación masiva y la acción rápida, limpia y eficiente de las fuerzas del orden.

Sin embargo, la evidencia observable indica que las experiencias de terrorismo son permanentes, campea la sensación de inseguridad, la reafirmación del poder en las cárceles en las manos de los mismos delincuentes, la incapacidad de las autoridades para imponer sus reglas de juego amparadas en el marco legal y sobre todo la carencia de resultados, parecerían ser los ingredientes de esta pseudo realidad.

Dónde luego de una semana de experimento social, el resumen es que no hay detenciones importantes, la incapacidad para tomar el control de los centros carcelarios, la permanencia de los guías penitenciarios en manos de los reclusos, la mano de la ley presente en los malos tratos a adolescentes con tatuajes en barriadas marginales.

Con la ilusión de tener alguna esperanza de escapar de la Matrix a costa de aportar con una parte de sus ingresos en forma de elevación del mayor impuesto masivo del Ecuador que podría alcanzar al precio de los combustibles.

En este escenario surrealista, dónde el poder parecería estar en la población carcelaria, con autoridades incapaces de asumir el poder y el control social, con una población condicionada para actuar en forma de manada, que solo reaccionan a lo emocional, que rechazan lo racional y a los que les basta solo lo que les gusta, disgusta o atemoriza.

Si estuviésemos en tiempos de los milagros, sería de esperar que las fervorosas y generosas oraciones a las que acuden los ingenuos creyentes sean escuchadas por la providencia y el buen Dios salvará al país y tendremos una patria salva, convertida y en paz.

Si estuviésemos en una película de acción norteamericana, sería de esperar que el ejército de los USA, imponga el orden con la fuerza de las armas y por supuesto una deuda infinita y le entregue al joven presidente del Ecuador un país pacificado y en orden como lo hicieron en Afganistán.

 Pero somos ecuatorianos y con seguridad, hemos de medio solucionar los problemas, medio hemos de lograr acuerdos políticos, medio hemos de financiar el plan de seguridad del presidente y medio hemos de torear y postergar las siguientes revueltas populares.

Así somos y nada va a cambiar.

 

Jorge Mora Varela

 

Imágenes tomadas de:

Presidente Daniel Noboa 

Ejército