Las Voladoras de Mira
Parroquia: Mira
Techos desde donde las voladoras emprendían el vuelo.
La noche era de luna. Luna llena sobre los campos. Esa claridad "esa parda claridad" confería al entorno un color azulado. Había ese silencio cómplice sobre las sementeras, donde las nubes estaban apenas insinuadas. Desde la colina donde nos encontrábamos, se podía divisar todo el pueblo de Mira: sus casas de techumbres de paja en su mayoría, muy pocas de teja, la iglesia blanquecina, que resplandecía, las angostas calles y los huertos. Habíamos ido con mi hijo Manuel, al regadío de la sementera de papas.
De pronto, un ruido casi imperceptible. Alzamos a mirar el cielo de luna llena, porque el sonido procedía de arriba. El ruido que nos atrajo era el del vestido de una mujer que pasaba sobre nuestras cabezas y entonces, ante nuestros ojos, todas las historias de nuestros mayores se hacían ciertas: una Voladora, que no era otra cosa que una hechicera que se dirigía por los aires, como un enorme pájaro, probablemente hermoso.