VANDALIZAR LAS ESTATUAS, ROMPERLAS, DERRIBARLAS, DESCABEZARLAS, DESTRUIRLAS.

VANDALIZAR LAS ESTATUAS, ROMPERLAS, DERRIBARLAS, DESCABEZARLAS, DESTRUIRLAS.

Desde el año 1.992 con el arribo del quinto centenario de la llegada del mundo europeo al nuevo continente al que se lo llamó “América”, comenzaron a aparecer manifestaciones de rechazo al descubrimiento, conquista y colonización, que se manifestaron con la vandalización de monumentos a Cristóbal Colón y los conquistadores españoles.

En el marco de las protestas para combatir el racismo sistemático, tras la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd en mayo del 2020, el movimiento “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”), personas de los Estados Unidos están cuestionando los legados de los fundadores de su país.

Aunque parezca una contradicción, parecería que está de moda, y como moda con el peligro de extenderse a todo el mundo globalizado, en los Estados Unidos, como una forma de protesta, se vandalizan las estatuas.

Ir tras los monumentos de Cristóbal Colón o del fundador de las “Misiones católicas” el Franciscano Junípero Serra, o las de los próceres de la independencia de los estadounidenses como George Washington, o las del autor de la declaración de la independencia de los Estados Unidos Thomas Jefferson.

Rosa Matilde y el puesto de los Dulces

ROSA MATILDE Y EL PUESTO DE LOS DULCES.

Por: Ramiro Cabrera Revelo

 

Matico le dicen sus amigos en el Mercado Central de Tulcán, ella tiene los sabores que conserva en la memoria y en las recetas antiguas con las que endulza la vida de nuestra ciudad. Matico cocina en las noches los postres que vende en el día, junta la calabaza con el dulce de panela, con la canela, el clavo de olor y la pimienta dulce y lo pone en una cazuela, junto al dulce de higo, al de mora, al de uvilla, al de leche, al de guayaba y al de babaco, como haciendo un escenario para que un pintor se enamore. No se olvida de fabricar las cuajadas y quesos porque éstos son el complemento de las maravillas que ofrece.

En su puesto del mercado, hay que verla como juega, me parece que creció entre las cacerolas que usaba de niña imaginándose los mundos de sabores que de grande prepararía. Le digo: Matico, cuénteme quién le enseñó a hacer estos dulces y estas cuajadas. Y yo que creo estar preparado para entender cómo se atan los eslabones en la memoria, me sorprendo cuando la veo como a una flor en su rosal:

Cincuenta y seis años tiene la señora y desde hace 25 años vende en el lugar desde cuando aún no era restaurado y declarado Patrimonio Cultural de la Nación. Viene del barrio de Taques que fue el primer asiento de nuestra ciudad antes que vengan los españoles cuando aún éramos libres de venerar a la naturaleza, de lanzarles besos a los cerros y cantarles a las lagunas.

La Casa Internacional de Calle Larga

LA CASA INTERNACIONAL DE CALLE LARGA

Por: Ramiro Cabrera Revelo

Yo me llamo Edelberto Portilla Bustos nací en el año 1935 tengo 85 años de edad, nací en las faldas del cerro Cumbal, a los tres años salí a vivir a Ipiales, después a los 17 años me fui al ejército siendo parte de un contingente que me llevó al conflicto armado. En el ejército estuve tres o cuatro años, pero no me quise quedar de ninguna manera y vine aquí, es que el dueño de esta finca me apreciaba, fue una buena decisión ya que conseguí a mi compañera, se llama María Cleotilde Rosero Rosero de Portilla, tiene 72 años, ella es ecuatoriana nacida en Calle Larga, me casé cuando tenía 25 años y ella apenas 15. La casa en que estamos ahora la construyó el antiguo dueño de la finca que tenía en Ecuador y Colombia, la finca era una sola, pagaba los impuestos en Colombia y en el Ecuador. En 1946 fijaron los límites.

“Cocinamos en Ecuador y vamos a dormir a Colombia”

Esta es una casa internacional, ahorita usted está sentado en Colombia y nosotros en Ecuador, por la esquina por donde está ese calefón por ahí pasa la línea divisoria, el platerito y todo eso está en el Ecuador, el agua está en el Ecuador, el dormitorio está en Colombia.

De nuestros 10 hijos dos nomás son colombianos la menor y el más viejo, los otros son ecuatorianos, sin embargo, no tienen la doble nacionalidad al igual que yo no la tengo, aunque podría porque soy casado por la iglesia y por el civil en el Ecuador. Pagamos la luz y el agua en el Ecuador, el impuesto predial en Ecuador y en Colombia, en ambos lados. La propiedad del lado colombiano tiene cuatro hectáreas y media; del lado ecuatoriano, lo que tengo es esta cuadrita nomás y una parte de la casa.

EL 26 DE MAYO DE 1971

Por: Ramiro Cabrera Revelo

Amigos hace 49 años nuestra ciudad y provincia se levantó contra el gobierno deschavetado y locuaz de Velasco Ibarra en su segunda dictadura. Este poderoso señor puso un impuesto al paso por el puente de Rumichaca para todo aquel que pasaba a comprar a Ipiales, dijo que eran dos sucres los que debían pagar. Fueron siete días de guerra del dictador contra un pueblo pacífico: Dos mil soldados inundaron la ciudad de Tulcán para recuperarla de la junta cívica apoyados por tanquetas, aviones y paracaidistas usurpando la alegría de jóvenes armados de vetustos fusiles tomados de una oficina gubernamental.

Tulcán en el viejo diccionario VASTUS de Doña Aida Piedad Ponce Torres

Tulcán en el viejo diccionario VASTUS de Doña Aida Piedad Ponce Torres

 

La historia de esta magnífica mujer se empezó a escribir en el 1.935 y cerró su última página en el 2.020.

Una mujer luchadora, generosa, solidaria, afectuosa entre tantas características identificaron a Doña Piedad Ponce, quien a su manera dedicó la mayor parte de su vida a la docencia infantil y al alejarse quedaron entre tantos elementos que la identificaban, tesoros del saber como sus sus libros y de entre ellos el viejo Vastus, el diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua castellana de más de 1500 páginas que salió a la luz en la Editorial Sopena de la ciudad de Buenos Aires en el 1942.

Allí estaba el saber, lleno de voces, ilustraciones, dibujos, retratos de las personalidades que pasaron a la historia, mapas; todo un compendio para enseñar a los niños de la escuela.

Hojearlo cuando este símbolo del saber quedó huérfano de su compañera desde los años 40’ del siglo XX, en el Colegio 24 de Mayo, tiene un aire de admiración y nostalgia.