NO NOS VAMOS A MORIR SIN PELEAR

Los colombianos empezaron el retorno a sus actividades laborales y la actitud que muestran en sus publicaciones en las redes sociales, los dibuja de cuerpo entero.

 

NO NOS VAMOS A MORIR SIN PELEAR

No hay nada que hacer, los pueblos son y algunos se distinguen por sus formas y maneras, desde que estos nacieron, en este caso Colombia, en esta ocasión deja ver su berraquera” en tiempos de PANDEMIA, tomó la decisión, por supuesto polémica de retornar de a poco al mundo del trabajo y algunos lo han hecho con una actitud digna de encomio, vamos pa’ lante, “no nos vamos a morir sin pelear”.

No me cabe duda, el pueblo colombiano deja ver “lo que es”, gente de carácter, creativa, emprendedora, que conoce como salir de momentos difíciles, a lo mejor su historia compleja, le recuerda al mundo, que este pueblo nunca se dio por vencido y esta vez no será la excepción.

El COVID 19 DESNUDÓ AL ECUADOR

Un llamado de atención al sistema educativo, a los administradores de las religiones y a los grupos políticos.

El COVID 19 DESNUDÓ AL ECUADOR

En el Ecuador, la pandemia dejó al descubierto lo que todos sabíamos, pero lo que la cotidianidad lo invisibilizó. El virus que puso en jaque al mundo nos desnudó a los ecuatorianos y nos puso en evidencia, les mostró a los demás nuestras intimidades, pero no estoy seguro si nosotros nos vemos descubiertos, porque dudo que nosotros podamos identificar y peor aún dimensionar el alcance de nuestras limitaciones o nuestros errores.

Las asimetrías insultantes en la repartición de la riqueza, la concentración absurda de los poderes políticos en manos de unos cuantos que lo manejan de acuerdo con sus particulares e impresentables intereses, el manejo errático de los conceptos financieros en toda la población, la pobreza investigativa y científica, la precariedad de las condiciones de vida de los sectores populares y deprimidos, las taras sociales justificadas con los ropajes de la fe o de la cultura.

 

Estos aspectos negativos que los ve el mundo y que al quedar en evidencia nos debería avergonzar o al menos nos debería doler y nos debería comprometer a un serio propósito de enmienda.

El aroma de la puerta andina

El aroma de la puerta andina

Pasando el límite fronterizo sur con Colombia, al norte del Ecuador se ubica un pequeño pueblo llamado Tulcán. Sus hombres le ganaban a la aparición del sol, cargaban la guasca al hombro y lucían un elegante poncho con sombrero pues era la vestimenta típica de aquella época.

El frío del páramo, y los casi 2.980 m de altitud, hacen de este rincón helado un hogar cálido. Sí, de esos donde la taza de café hecho en chuspa y acompañado de un delicioso pambazo con queso amasado traen muchos recuerdos a la mente. ¡Cómo no!, los sabores y tradiciones solo se las vive una vez por año, pero recogen la verdadera estirpe del ser pastuso.

Lo humano con lo divino son la perfecta combinación de ese conjunto de emociones que salen a flor de piel. La iglesia de San Francisco o más conocida como “la de los padres capuchinos” era el escenario ideal para encontrarse con un mítico personaje alto y delgado que usaba sotana color café. Sus anteojos parecían dos espejos microscópicos por su alta pérdida de la vista, era el padre Luis Basilio. El sacerdote franciscano tenía “buen verbo” como cuentan los de antaño en las calles de la ciudad.

LA MACDONALIZACIÓN DE LA PANDEMIA

Rápido, rápido, rápido… si no el gobierno nos mete la mano al bolsillo y ESO SÍ DUELE.

 

LA MACDONALIZACIÓN DE LA PANDEMIA, ¿ES POSIBLE?

 

El término macdonalización, se refiere al signo de los tiempos, que exige que todo sea rápido, implacable, que no espera nada ni a nadie, se refiere a la tiranía de la velocidad.

La comida rápida, la atención rápida de trámites, las citas rápidas, carreras universitarias rápidas, reuniones rápidas, viajes relámpagos, la optimización cronométrica de los eventos que tienen que alinearse, agendarse y cumplirse de forma precisa, las programaciones, los horarios, la planificación.

Según este condicionamiento global, la pandemia covid 19, también debería alinearse a las exigencias de la macdonalización, y debería cumplir con los plazos de la cuarentena, el aplanamiento de la curva, el retorno a la normalidad de la economía, de la política, de la vida social, al reinicio de la Libertadores, de la Champions League, de las clases, de la reactivación del turismo, la apertura de los Malls y las compras.

Pero NO, la pandemia impone sus propios códigos, se expande a su manera, utiliza la ignorancia, la displicencia, la indisciplina, la prepotencia de los seres humanos para ocupar todos los espacios.

Abofetea a los líderes políticos que tratan de vencerla por decreto, se ensaña con los que la ignoran o no la entienden, desnuda a los pueblos, deja al descubierto y los arrincona en la precariedad a los que NO entendieron la antigua enseñanza del sentido común que alguna vez se recogió en el antiguo testamento:

“Ahorrar en los buenos tiempos, para cubrir las necesidades de los tiempos de escases”

Este tipo de eventos que se dejan ver de tiempo en tiempo, destrozan a los dioses, extinguen los milagros, le exigen al ser humano utilizar su racionalidad para vencerla.

Disciplina, conciencia social, aporte individual como ladrillo fundamental del muro de contención y protección social, investigación científica, recursos económicos, racionalidad política.

Si los seres humanos fuésemos racionales y aprendiésemos de las experiencias o de la historia, deberíamos repensar la política, la manera de elegir a los líderes, la manera de utilizar los recursos, de entender y proponer la protección y la convivencia social, las relaciones y el comportamiento individual.

Pero el ser humano es único ser que puede tropezar con la misma piedra una y otra y otra vez; así que esta es una batalla perdida, si no, leamos las redes sociales y veremos que la estupidez humana tiene un gran estado de salud y navega viento en popa como la mejor aliada de la pandemia y mantienen a la humanidad en el mar de la incerteza que está llevando a una parte del mundo de la muerte, a la pobreza excluyente y a un infinito brote de conflictos.

Entonces la macdonalización de la pandemia, NO es posible, porque la mayor parte de la humanidad "SOLO" espera que “alguien” desarrolle la medicina, la produzca, la venda y llegue a todos, pero NO es "CONSECUENTE" y actúa sin inteligencia, no entiende que el control de la enfermedad depende del ser humano individual y colectivo y algunos de nosotros, no acabamos de entender lo que está pasando, mientras tanto, el virus se expande y el tiempo para controlarla se alarga y se vuelve incierto.

Y con ello la muerte, los IMPUESTOS,  y cuando nos METEN LA MANO AL BOLSILLO, eso SI DUELE.

 

Jorge Mora Varela.

 

QUE HIJOS DE P*%#

Cómo me gustaría vivir en un espacio-tiempo donde los actos que rayan en el delito social, (el robo, el abuso, los sobreprecios como los que en el ECUADOR de la PANDEMIA se denuncian y quedan en la impunidad) se castiguen con la MUERTE en la hoguera, la amputación o el flagelo público, a aquellos que en la jerga de pueblo se denominarían como:

¡QUE HIJOS DE PUTA!

Una PANDEMIA como la que nos aqueja es parte de realidad del mundo, no es la primera ni será la última y en tiempos de la hiperconectividad han quedado en evidencia una serie de responsables y culpables.

Las decisiones políticas de favorecer a una minoría poderosa, dueña del capital a costa de dejar en la precariedad y vulnerabilidad a la mayoría de la población en sectores como la salud donde por ejemplo sus profesionales  se exponen y mueren por NO tener las medidas de seguridad mínimas (dizque no hay presupuesto),  mientras se aprovechan de la situación y se benefician de SOBREPRECIOS inmorales en la compra de insumos.

Escuchamos con estupor al Viceministro de Salud a un ignorante (alguien que ignora), que aseguraba que usar implementos de seguridad a los médicos era innecesario , mientras el país tiene a muchos de sus  profesionales de la salud contagiados con el covil 19 o la muerte de médicos, enfermeras y personal de la salud, en un acto absurdo, inaceptable y condenable y a renglón seguido el Ministro de Salud está bajo sospecha de tener contratos millonarios en plena crisis  de salud.

Señor Presidente Lenín Moreno y Señor Juan Carlos Zevallos les exijo una explicación adecuada.

 

EL SILENCIO NO ES UNA RESPUESTA