Jorge Mora Varela, presenta:
HUMBERTO Y LA BIBLIOTECA DE TULCÁN
Preámbulo
El hombre permanecía de pie y en silencio, como si fuese una esfinge erguida, con la cabeza levantada, en una esquina del parque principal de la ciudad de Tulcán, vestía un abrigo elegante e impecable de color negro, largo, que cubría todo su cuerpo, que apenas permitía mirar su rostro adusto, su gesto mostraba un rictus de dolor e impotencia, masculló una maldición entre dientes mientras pronunciaba algunas palabras, entonces dio media vuelta y se alejó, para nunca más volver.
La biblioteca de la infancia
Las clases de la escuela terminaban a las cuatro de la tarde, entonces los niños salían de prisa de la escuela y corrían a sus casas, cargaban el carriel donde descansaban luego de un día de trabajo en la escuela los cuadernos, los lápices, los esferos, el borrador, el Escolar Ecuatoriano. Al llegar a casa, se dejaban de prisa los útiles escolares sobre la mesa, casi listos para hacer los deberes.