A propósito de la celebración de cumpleaños, cuando me enrumbo al encuentro de mis años dorados y luego de haber recibido las manifestaciones de afecto a través de los medios digitales como el face, twitter, WhatsApp entre otros, no podría elegir qué mundo fue mejor, solo puedo afirmar me siento afortunado porque:
HE VIVIDO EN DOS MUNDOS DIFERENTES
En uno blanco y negro y en uno multicolor
De manera habitual uso el computador porque en él tengo infinitas cantidades de información a mi alcance y encuentro un amplio espectro en el mundo de las ideas, independencia mental, flexibilidad en el proceso de reflexión y una amplia gama de recursos multidisciplinarios y culturales que me ofrece el internet.
De manera que cuando una tarde dejó de funcionar, tuve la sensación de haber colapsado, de estar fuera del mundo, entonces comprendí como me había invadido la modernidad en formato digital.
No soy un nativo digital, porque nací cuando reinaba el lápiz y el borrador, el cuaderno de una, dos o cuatro líneas, la regla y el compás, el sacapuntas y el papel secante, el esferográfico de azul y el de roja, la tabla de Copetti y el libro de Baldor, el pizarrón y la tiza, la cámara de fotos y el rollo para revelar.