El pueblo se vestía de fiesta, de colores vivaces, de música, de risas, de juegos, de fortuna, de picardía, de tamales, de hervidos, entre el 28 de diciembre al 6 de enero como cada año.
PAYASO QUE NO VALÍS, A TU MAMA TE PARECÍS
- "Dedicado la Laurita Delgado, una mujer tulcaneña maravillosa, un personaje de cuento, que se alejó de nosotros, dejando un interminable legado de recuerdos"
En mi pueblo, apenas finalizaba la navidad, se respiraba un aroma festivo, las mamás rebuscaban en los viejos armarios los disfraces, de los niños, los jóvenes y los adultos, para entregarse a la algarabía casi carnavalesca, desde el 28 de diciembre, día de los inocentes hasta el 06 de enero, día de reyes.
Las familias disponían para aquella temporada y para todos sus miembros vestidos de colores vivaces, caretas, pañuelos, para salir por la tarde y noche vestidos de payasos al parque principal y hacer un rito que se movía entre la inocencia de los niños, la coquetería de los jóvenes o la picardía de los adultos, entonces se comunicaban de una manera extraña y simbólica entre el vaivén de los chorizos y los aventadores, entre los deliciosos acordes de la música ecuatoriana a cargo de la banda de música de la policía.
Payasito, payasito, la lección, de la esquina a la estación, tu mamita sin calzón…