Se acercó dónde estaba ella, la miró a los ojos y mientras le tendió la mano, preguntó: ¿podemos bailar?; ella dibujó una tímida sonrisa, no pronunció palabra, solo extendió su mano hasta tomar la del joven y se puso de pies.
TRES MINUTOS PARA ENAMORARLA
Preámbulo
No me gustaría invitarlo al abuelo al baile, nunca participa, no le agrada bailar, nunca lo he visto hacerlo, llega en silencio, nos mira y luego permanece ensimismado.
El programa de fiestas
Se avecinaban las fiestas del colegio y uno de los eventos que más inquietaban a los jóvenes era el baile estudiantil.
La tarde del siguiente viernes, en los patios del colegio se iba a realizar la fiesta para los estudiantes y como todos los años las autoridades habían invitado a las chicas del colegio “Tulcán" y del “Sagrado Corazón de Jesús”, cuya presencia ya estaba confirmada.
En el pueblo no existía la educación mixta y la presencia de las hermosas jóvenes en los patios de los colegios masculinos inquietaba a cada uno de los muchachos, que sufrían los embates de la pubertad y la adolescencia, que luchaban entre el conservar al niño o dejar salir al hombre.


