Del Realismo mágico de la Provincia del Carchi
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA
UN DÍA PARA HACER EL PAN DE FINADOS
- ¿Oye mami vas a hacer el pan?
- ¡Por favor dime que sí!
- Mira que es tiempo de las guaguas y de los caballitos.
Ella mirándome con ternura dijo sí, y este año va a ser especial porque vamos a utilizar el horno que construimos tu papi y yo. Pero con una condición agregó: Todos deben colaborar, tu hermano debe ayudar a tu papá a traer leña y tú a preparar la masa, porque viene toda la familia para hacer el pan de finados.
Aquella mañana debía acompañar a mi madre al molino a retirar la harina, porque ya mi padre en días anteriores había dejado el trigo en el molino San Luis, que quedaba frente a la clínica Tulcán. Tomé de la mano a mi mamá y fuimos de prisa al viejo lugar de donde salía una nube blanca que acompasada con el sonido de las máquinas le daban al pueblo la promesa del pan nuestro de cada día.