Christian “Chucho” Benítez, muere el ser humano y nace el MITO.
No cabe duda que la muerte de un joven es un evento difícil de entender, de asimilar, es una vivencia dolorosa y desgarradora, porque junto a él existe una familia, su esposa e hijos, padres y familiares, sin dejar de lado a los amigos, más aún cuando quien muere es un exitoso embajador deportivo en una actividad tan popular como el fútbol.
El infausto acontecimiento, que sacudió a la población ecuatoriana que inmediatamente reconoció en el deportista algunos rasgos que los identifican con él. Murió un hombre de pueblo, que llevaba sobre su vida todas las consecuencias de la pobreza, la marginación, la falta de oportunidades, la exclusión social y que siendo niño encontró en el fútbol una posibilidad para construirse un futuro digno y exitoso.