LA IMPORTANCIA DE SANTIFICARLOS A LOS QUE GANAN, DE SATANIZARLOS A LOS QUE PIERDEN.
Esta estrategia es más vieja que el hambre, embellecer, magnificar, heroificar, eternizar y volver incuestionables las victorias es necesario atribuirles a los que triunfan todos los elogios posibles reales o ficticios.
Al mismo tiempo se deben afear, apocar, minimizar, empobrecer y envilecer a los contrincantes, igual con deméritos reales o ficticios, es el tonto útil a quien culpar de algo, de cualquier cosa.
Esa es la clave, para los que vencen deben levantarse monumentos, cantos, poemas, odas, pinturas, condecoraciones.
Y para los que pierden hay que encontrarles defectos, bajezas, traiciones, conspiraciones.
Esta estrategia es más vieja que el hambre, pero funciona en las victorias militares, en las victorias políticas, en las deportivas, en la permanencia de las religiones hay que disponer de dios y el diablo.