LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LO POLÍTICAMENTE CORRECTO
Vivimos un tiempo de sobreproducción de información y la probabilidad de mantenerse a flote y ser visible en el tiempo es remoto y poco probable, así que podríamos navegar con la tranquilidad que da el anonimato y hacerlo entre lo que sostiene el escritor, politólogo y conferencista argentino Agustín Laje: ser parte de la “generación de los idiotas” o ser sólidos y fundamentados, pero invisibles, es decir que no le importe a nadie.
Aunque la probabilidad de ser visibles sea mínima podríamos caer en la prisión de lo “políticamente correcto”, es decir movernos entre la obediencia y la conformidad, para que no vaya en contra de lo “socialmente dominante”.
Pensar y actuar de cierta manera, porque los escritores se sienten prisioneros y obligados por los grupos dominantes, entonces la corrección política se impone por presión de la cultura entonces terminan en la anulación impuesta o auto inducida.