NO LA PUDO DETENER
Una historia de amor, como las que se dan en mi pueblo.
El tenía la imagen de ella como si fuese un holograma inquietante, doloroso y lo martirizaba, en las últimas semanas había entrado en un estado de enajenación permanente, la podía ver, pero no la podía detener, se le escapaba de las manos y esa angustia lo llevaba al límite de la locura.
Esa pesadilla la tenía al acostarse, a media noche y bañado en sudor, en la mañana, en la tarde, en casa, en el colegio, en la noche, a toda hora y en cada lugar.
Es que debió detenerla o irse con ella, pero solo fue como un holograma que se escapó de sus manos.
…
Cuando la vio por primera vez, ella llenó su espacio, era hermosa, como ninguna mujer, como nadie, como si los dioses hubiesen creado una criatura perfecta, para que abarque toda la atención de aquel joven que pintaba sus primeras pinceladas de hombre.